DR. ALBERTO MONTBRUN

"El paradigma fundamental que domina nuestra política es el paso de una democracia representativa (madisoniana) a una democracia directa (jeffersoniana)."

Dick Morris: "El nuevo príncipe"

 
 

REPORTAJE A ALBERTO MONTBRUN – Correveidile, Chacras de Coria, Febrero – Marzo 2008

 

¿Qué es eso del cambio de paradigma científico?

La noción de paradigma tiene que ver con nuestra forma de percibir, entender y operar la realidad. Es como el marco de referencia con el que nos movemos y tiene su base en la ciencia. La ciencia moderna, que nos viene de Newton y Descartes, definió una forma de percibir y operar el mundo que ahora ha sufrido una impresionante transformación.

 ¿Y por qué se dice que ha cambiado?

Porque en el siglo XX, a partir de los desarrollos de la teoría cuántica, del constructivismo, de la cibernética y de otras vertientes del pensamiento científico pudimos advertir que la realidad era muchísimo más compleja, irregular e impredecible de lo que suponíamos y ahora advertimos también que las instituciones que creamos para administrarla no nos resultan eficaces.

¿Y como impacta eso en la política?

Nuestro sistema político fue concebido a lo largo de los siglos XVIII y XIX para receptar primero a la burguesía y luego al proletariado industrial. La democracia de partidos fue el medio típico de canalizar un tipo de sistema político en el cual unos pocos eran legitimados por las mayorías para gobernar. Pero ahora, en el colectivo social, hay mucho más conocimiento, sensatez y experiencia que en los líderes y las viejas ideologías anquilosadas no sirven ya para resolver los problemas actuales. Todo eso obliga a una redefinición de la política desde la nueva ciencia.

¿Impacta en otras áreas de la política?

¡Pensá tan solo en nuestra educación! Nuestros niños nacen ya instalados en la sociedad tecnotrónica del conocimiento que era absolutamente impensable hace tres o cuatro décadas. Consumen medios de comunicación desde que están en la panza de la mamá. Nos sorprendemos cuando los vemos a los tres o cuatro años de edad manejando celulares, mp3 o interactuando con la computadora. Sin embargo, cuando tienen seis años, metemos a esos niños súper estimulados y cargados de energía en una escuela que es exactamente igual a la que fue mi mamá hace más de setenta años. Y como esa escuela falla nos enojamos con los chicos en vez de enojarnos con nosotros mismos por inútiles y por no haber sido capaces de modernizarla.

¿Por qué a nuestros líderes les cuenta tanto cambiar?

Porque están formado en los esquemas mentales y en las universidades del pasado, que educaban en base a memorizar y repetir lo canónico y no en base a inventar y ser creativos persiguiendo la novedad. Y porque muchas veces no saben lo que ha pasado con la ciencia y siguen entonces apegados a lo viejo. ¡Así nos va!

¿Qué papel cumplís en el Ministerio de Seguridad?

He sido contratado como consultor externo por el Ministro Aguinaga para proveer insumo científico a un proyecto de reconversión integral del sistema de seguridad que pasa fundamentalmente por el cambio en la policía del modelo tradicional a un nuevo modelo proactivo de “organización inteligente”. También aportamos en muchos otros temas.

¿Cómo vivís los cuestionamientos al Comisario Rico?

Más allá de mis viejos afectos por las organizaciones de derechos humanos, los cuestionamientos me parecen injustos. Jamás en veinticinco años de democracia Rico fue cuestionado por su conducta durante el proceso y ahora de golpe vienen poco menos que a reprocharle hasta la deuda externa. Me parece una horrorosa versión 2008 del “algo habrá hecho”.