DR. ALBERTO MONTBRUN

"El paradigma fundamental que domina nuestra política es el paso de una democracia representativa (madisoniana) a una democracia directa (jeffersoniana)."

Dick Morris: "El nuevo príncipe"

 

LA IMPUNIDAD NUESTRA DE CADA DIA
A propósito de la prescripción de la megacausa “Banco de Mendoza” en la Justicia Federal de Mendoza
LOS ANDES; Opinión, 30 de diciembre de 2005
Dr. Alberto Montbrun

A mí, la verdad, no me llama la atención una impunidad más. Esta sólo se distingue de otras por la calidad social de los involucrados – no son marginales, no son pobres tipos que inhalan pegamento desde los seis años; o tal vez se distingue de otras por el monto de los delitos que se cometieron. No fueron una billetera o un televisor o una bicicleta, sino varios cientos de millones de dólares y un pedazo de historia de Mendoza las que fueron junto con nuestros Bancos por la cloaca del neoliberalismo privatizador de los 90.
Pero yo creo que de una manera u otra, todos somos responsables de lo que ha pasado. De ninguna manera pienso que la impunidad que nos gobierna sea responsabilidad exclusiva de quienes se benefician de ella sino que la misma es laboriosamente construida, día a día, por la grosera indiferencia de millones de argentinos. Los ciudadanos comunes que votamos cada dos años, somos tan responsables de la impunidad como los Monetas, los Literas o los Pou. Somos responsables con nuestro silencio, somos responsables con nuestra indiferencia cotidiana, somos responsables con nuestra convicción íntima de que nada se puede cambiar.
Este año se murió Rosa Spark, aquella negrita de Alabama que se negó a ceder su asiento en un colectivo comenzando el movimiento que fructificó en 1965 en la ley de derechos civiles de los negros. ¡Qué coraje tuvo esa mujer! Y aquí también tenemos nuestros ejemplos. ¿Qué hubiera pasado con los asesinos de Nito Neme si su madre, Quitita Neme, se hubiera quedado sentada en su casa, resignada? ¿Qué hubiera pasado con los asesinos de María Soledad Morales, que se paseaban impunes por las calles de Catamarca, si Ada Morales, o la hermana Pelloni, se hubieran quedado sentadas y resignadas?
Debemos entender que sólo con la gente organizada y presionando puede activarse a un Poder Judicial muerto de toda muerte. De lo contrario, los pocos distintos – las Carrió, los Gutierrez, los Leiva, los Giordano – son rápidamente eliminados o neutralizados por este sistema perverso del “no te metás” mientras el resto de la sociedad se entretiene con las actitudes vergonzosas de un presidente cuya declaración de bienes no se conoce o mira para otro lado mientras se inyecta la última estupidez de Maradona o la última imbecilidad Tinelli. ¡Pero qué vivos, che!, ¡qué estupendos!
Así nos va.