DR. ALBERTO MONTBRUN

"El paradigma fundamental que domina nuestra política es el paso de una democracia representativa (madisoniana) a una democracia directa (jeffersoniana)."

Dick Morris: "El nuevo príncipe"

 
TENDENCIAS EN LA POLITICA DEL SIGLO XXI
Dr. Alberto Montbrun
Doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Profesor de Derecho Público, UNC
Publicado en Diario UNO, Opinión, domingo 29 de enero de 2006


La cuestión de la crisis de las ideologías, del desdibujamiento de los partidos tradicionales y de la admirable habilidad de algunos políticos para pasar de un partido a otro, así como la proliferación de nuevas etiquetas y sellos, son visualizadas por muchos argentinos como fenómenos negativos o disvaliosos. Sin embargo, sugerimos que son parte de una transformación más profunda de la política, de la que tenemos que hacernos cargo.
Hasta el siglo XIX, sólo el liberalismo podía considerarse una “ideología” en los términos modernos del pensamiento político, aunque ya comenzaba a manifestarse la reacción que daría lugar al conservadorismo, como una variante proclive a una evolución más gradual de los procesos. A mediados de ese siglo, las groseras desigualdades sociales generadas por el capitalismo, sumadas a la aparición de una nueva clase social que no existía en la época de la revolución francesa –el proletariado industrial– dieron lugar al socialismo primero y luego al marxismo. Por otra vertiente, se desarrolló la doctrina social de la iglesia.
El proceso de surgimiento y cristalización de las ideologías, junto a la progresiva extensión del sufragio –que al principio estaba limitado a quienes eran propietarios, luego a todos los varones y finalmente a las mujeres también– llevó al centro de la escena al actor fundamental de los procesos políticos del Estado moderno: el partido político. Su entronización dio lugar a un modelo de democracia que en nuestros días se encuentra en plena y revulsiva crisis: el modelo “delegativo partidocrático”. Las principales características de este modelo político son:
1. El pueblo es titular originario del poder pero no lo ejerce directamente, sino que lo delega en sus representantes.
2. Los partidos ofrecen “programas de gobierno” basados en unos sistemas ideológicos rígidos, prescriptivos y predominantemente cerrados, a cambio del voto. Las ideologías son muy importantes para el etiquetamiento del electorado, de manera tal que es muy bajo el número de personas que no se sienten vinculadas a algún partido.
3. Los partidos monopolizan totalmente el acceso al sistema político. Los ciudadanos independientes no pueden acceder a cargos electivos salvo que un partido los proponga.
4. Los partidos tratan de diferenciarse entre sí tomando como propios determinados valores: justicia social; desarrollo; libre iniciativa; redistribución del ingreso; vigencia y respeto por los derechos humanos; funcionamiento de la división de poderes; respeto a tradiciones locales, provinciales o sectoriales; etc.